¿Puede una persona desaparecer a la vista? ¿Existen las protestas invisibles? El artista chino Liu Bolin ha demostrado que ambas interrogantes tienen una respuesta afirmativa.
El inicio de la “protesta invisible” de Bolin se remonta a 2005, año en el que la policía destruye el taller en el que el artista trabajaba; esto, al considerar que su trabajo manifestaba intereses contrarios a los del gobierno, un caso similar al de Ai Weiwei. A partir de ese momento, el también escultor comenzaría una serie de fotografías titulada “Hiding in The City”, que como su nombre lo indica, muestran a Bolin oculto en diversos paisajes urbanos.
Su trabajo es una crítica a la situación que enfrenta la China del siglo XXI, país que ha condicionado e impuesto restricciones creativas a los productores artísticos. Al desaparecer en su obra y fundirse con el paisaje, Bolin invita al espectador a reflexionar sobre los problemas sociales y políticos que están presentes en el espacio sobre el cual se ha camuflado. El artista se disuelve a un segundo plano, se vuelve invisible para así volver visibles las injusticias de la cotidianeidad china.
“Lo que me hace invisible hace pensar a la gente”, dice el artista cuya crítica ya se ha extendido a cuestiones más allá de las fronteras del país del que es originario. Ocultándose entre una serie de teléfonos celulares y un pasillo de supermercado, critica a la sociedad de consumo; desapareciendo en un paisaje veneciano, recuerda que esa ciudad será la primera en desaparecer a causa del cambio climático.
Para llevar a cabo su trabajo, Bolin se vale del mimetismo, habilidad que poseen ciertos seres vivos para adoptar la apariencia de organismos u objetos de su entorno. No hay Photoshop en su trabajo; éste es resultado de un proceso de cuatro horas en el que un equipo de maquillistas realiza lo necesario para que Bolin adquiera hasta el más difícil aspecto. Una vez maquillado, un grupo de fotógrafos realiza pruebas para asegurarse de que la apariencia del artista es similar a la del entorno sobre el cual será retratado.
“Las repetidas luchas en la vida crean obras de arte”, así lo cree Bolin. Lo que daña, educa. Lo que uno pierde, eventualmente lo encuentra. Al ser despojado de su espacio de creación, este artista emprendió una búsqueda por señalar lo desaparecido, encender lo ya no iluminado, encontrar lo perdido, y, sobre todo, a partir de lo invisible… enseñar a ver.
En orden de aparición:
Temple of Heaven (2010), Liu Bolin (Hiding in the City).
Mobile Phone (2012), Liu Bolin (Hiding in the City).
Panda (2011), Liu Bolin (Hiding in the City).
Suo Jia Village (2005), Liu Bolin (Hiding in the City).
Más imágenes del trabajo de Liu Bolin aquí y aquí.