Casados
Leila Guerriero
Y yo sólo quiero esto que tengo: tus ojos de lobo. Maldita sea yo si espero que me cobijes con nada que no sea tu forma mansa de aplacar el viento negro que me arrasa. Maldita sea yo si necesito de vos algo más que tu silencio o que tus bromas tontas. No quiero dinero, ni casa, ni auto, ni cobertura social: a vos te quiero. Solo, entero, crudo, despojado. De vos no quiero la mitad de nada: quiero todo —todo— el continente de tu inmensa soledad en compañía. Maldita sea yo si quiero algo más que tus recuerdos y tu manera de no retroceder, de no tener miedo, de ser noble.
* Publicado en el número 13.612 de El País (08/10/14): http://goo.gl/YtIq7v