Felicidad es un poema de León Plascencia Ñol publicado a principios de diciembre en Letras Libres. En él, el escritor jalisciense busca encontrar la definición de una palabra tan compleja como subjetiva. ¿Qué es la felicidad? Según la -casi siempre- simplista RAE: una persona; un estado; o la ausencia de inconvenientes. Para otros: un número que responde una pregunta o un catalizador con el que inicia una canción. ¿Es la felicidad la incómoda foto de la familia saltando que aparece en primer lugar al buscar la palabra en ‘Imágenes’ en Google?¿Un nombre? ¿Un emoji? Quizás es eso que sólo puede describirse haciendo uso de los enunciados más simples. O pienso que tal vez felicidad sean aquellos fugaces momentos que a ratos cuesta trabajo recordar.
Felicidad
León Plascencia Ñol
Debería llamarlo felicidad pero quizá sea otra cosa
lo que viene entrando con ligereza. Es lo que
se me ocurre por ahora, pero intento, de alguna
manera, encontrar la palabra precisa, aunque es,
comprensible decir que Cézanne había dispuesto,
en su estudio, una mesa con fruta para entender los
procesos de la luz. La luz, es ante todo, materia del aquí.
Eso debe ser la felicidad, o,p. ej., caminar por una calle
de Shibuya, ver un cuadro de Rothko o Cy Twombly,
sentarse en una banca en plaza Río de Janeiro mientras
se escucha el rumor del Papaloapan en el estrépito de
unas olas del Pacífico. Lo que se escribe es siempre otra
cosa. Y lo que se describe es de nuevo otra cosa
(Inger Christensen). Pero si se empieza de nuevo,
es comprensible saber que no soy yo quien habla,
aunque haya validez en lo que digo. La materia que
compartimos tú y yo brilla como la cabeza de un alfiler.
Quise escribir un poema político. No hay sustancia.
Todo es una representación. No importa. Perfecto:
aquí hace frío. Es lo que más puedo decir, o hacer.