El teatro del mundo

“Todas las ciudades son reimaginadas y reconstruídas como resultado de un espectáculo. Tanto para impulsar el turismo, completar promesas políticas o para fomentar el nacionalismo, la arquitectura de una ciudad es frecuentemente ornamentada para demostrar progreso”.

Foto 13-08-14 17 11 31

La ciudad. ¡Vaya invención urbana! Hermosa monstruosidad en la que me deleita vivir, ¿sólo eso? También ser. Y sentir. Y refugiarme. Escapar. Y respirar smog mientras manejo mi bicicleta.

La ciudad. Orgánica arquitectura matizada y reconfigurada cuya máxima finalidad contemporánea (¿o siempre ha sido así?) es servir como bandera propagandística que ondea con aires de político progreso y bienestar.

La ciudad. Y la sucesión de espacios públicos recuperados (¿pues quién se los había robado?).

La Ciudad…de México. Y el Museo Tamayo, en donde actualmente se exhibe “El teatro del mundo”, muestra que reúne el trabajo de veinte artistas que a través de su obra plástica reflexionan sobre la comprensión de la arquitectura como herramienta gubernamental para proyectar una representación ideológica, económica, política, social, y cultural.

Curada (de una manera excelsa) por Andrea Torreblanca (quien también se encargó de redactar el ensayo que acompaña el catálogo), la exhibición toma su nombre de la  idea metafórica en la que todo individuo que forma parte de una sociedad actúa un guión pre-establecido en el mundo… ese gran escenario en que la arquitectura deja de ser meramente ornamental para evolucionar a ser empleada como brazo autoritario por medio del cual un determinado gobierno manda edificar monumentos que reflejan un zeitgeist.

El individuo pensado como actor. En la ciudad. La masa orgánica artificial.

El individuo. No estático. Cambiante.

El individuo. Sujeto que configura y traduce su espacio arquitectónico vital (si es que eso existe). Lo anterior dentro de un sistema social y económico establecido: etiquetémoslo como “capitalismo”…y todo lo que implica. Las traducciones estructurales que el individuo realizan son políticas… ¿qué no lo han sido siempre? ¿qué no uno es animal político por naturaleza? ¿O eso es sólo una romántica idea aristotélica?

Como sea. La ciudad – contemporánea – es artificial. Refleja lo necesario. Lo que el momento exige. Efímera. Como lo es el individuo. Que día a día cambia. Traduce. Construye. Derriba. Edifica de nuevo. Hace ciudad.

Ciudad que -me permito utilizar el juego de palabras del Principio de Conservación de la Energía- se crea, se destruye, y se transforma. Y no sóla.

Las piezas que edifican la exhibición quedan exentas del desastre babélico. Los diálogos son tan claros como puntuales. Rescato las siguientes conversaciones:

“Trenzas” (2008, Meschac Gaba): una sucesión de pelucas (que mezcla la idea de trenzar el pelo = hacer arquitectura) que representan edificios símbolo de progreso en París y Milán.

Foto 13-08-14 16 49 08

“Cities” (2008, Andreas Fogarasi): las ciudades dejaron de ser nominales, ahora son adjetivos…unos que describen el bienestar que las volvió los mitos que hoy son.

Foto 13-08-14 16 51 41

“Monumentos” (2005-2012, Pablo Hare): una serie de fotografías en las que se captura la irracionalidad con la que una serie de monumentos son erigidos, en este caso, en una ciudad del país natal del artista, Perú.

Foto 13-08-14 16 58 44

“Ciudad doblada – roja” (2007, Carlos Garaicoa): la nostalgia de una ciudad cubana que no fue…y el sueño de hacer arquitectura desde cero, como pintura en lienzo blanco. Como la Brasilia de Costa y Niemeyer.

Foto 13-08-14 17 15 10

“Topologías de la fe” (20011, José Dávila): fotografías en las que el artista ha recortado las estructuras en forma de cascarón del arquitecto mexicano Félix Candela, de este modo, destruyendo una fotografía que a la vez se reconstruye en otra forma a partir de la ausencia.

Foto 13-08-14 17 16 09

“Guía de árboles para gobernantes y jardineros” (2014, Yto Barrada): la pieza que posiblemente resúmen el eje temático de la exhibición. Un breve video muestra el modus operandi de Gregory Potemkin -el amante de Catalina II, quien en 1787, al recorrer con la reina las tierras recién conquistadas, mandaba edificar fachadas falsas que asemejaban aldeas, de este modo proyectando una falsa idea de prosperidad en la región.

¿Vivimos en una Villa Potemkin? ¿Es realmente real este espacio arquitectónico en el que vivimos? (Sígan la metáfora, por favor). ¿Durará? ¿O es efímera falsedad? Como sea. La arquitectura hay que leerla. Y traducirla. Criticarla y reinterpretarla. Potemkin o no. Eso la hace interesante…y, no en todos los casos, habitable.

EL TEATRO DEL MUNDO estará en exhibición en el Museo Tamayo hasta el 28 de septiembre de 2014. Para más información: http://www.museotamayo.org

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s